Quisiera hoy hacer un alegato, en favor de todos aquellos que aman la fiesta de los Toros, (¡los que no, absténganse de hacer cualquier comentario, ya los conocemos!), y por una profesión que me lo ha dado todo en la vida, de la que viven muchas familias, y que, se quiera o no, forma parte de la cultura en que se integra la sociedad Española y su propio tejido productivo. Nos ha tocado vivir en España, debido a esta maldita pandemia del Covid-19 que nos acecha, unos momentos increíblemente terribles, (en primer lugar mostrar mi pesar por todos aquellos que han perdido a algún familiar), familias rotas por el dolor, empresas cerradas, actividades empresariales en quiebra, trabajadores sin empleo,…… y todo ello sin saber aun cuando nos podremos recuperar.
El gobierno de, supuestamente, todos los españoles, está intentando paliar el desastre que se nos avecina, cómo puede o como sabe. Es cierto que trata de ayudar a empresas, autónomos, trabajadores, dando ayudas a casi todos los sectores de la sociedad. Pero es aquí, en este punto, donde quiero centrar la queja que me ha movido a escribir estas palabras; Y es que existe un sector, compuesto por trabajadores, empresarios, autónomos, que pagamos religiosamente nuestros impuestos, cómo es el del mundo de los TOROS, y del que una vez más , se han olvidado los políticos en términos absolutos, dando un paso más en un proceso que parece diseñado, y en el que se trata a toda costa de dejar morir, sin necesidad de prohibir, la fiesta de los toros.

Hace unos días compareció el Ministro de Cultura, que es quien a la postre debiera representar igualmente al mundo del Toro, para ofrecer las correspondientes ayudas al sector cultural con motivo de los efectos de la pandemia que venimos sufriendo,…… y fuimos ignorados por completo: ¿Es que acaso no pagamos impuestos?; ¿es que acaso las plazas de toros cuando son concedidas no pagan unos altos cánones a las correspondientes autonomías o ayuntamientos?; ¿es que profesionales como los toreros, banderilleros, ganaderos y todos los demás del sector no pagan sus impuestos?; ¿ Es que esos ganaderos que hacen una labor encomiable, día a día, mes a mes y año a año por cuidar al animal y su propio hábitat, la dehesa, y repentinamente se ven obligados a desprenderse de ellos por no poder alimentarlos, no tienen derecho a ningún tipo de ayuda?. Pero lo peor de todo esto, lo es, que no he oído ni una sola queja, ni una sola voz en contra de tan desmesurada injusticia; Echo de menos, que las figuras de la Fiesta, a las que respeto y admiro enormemente, aun siendo quienes podían resultar mejor escuchados como parte que lo son de la opinión pública, no hayan salido aun ni a los medios de la comunicación, ni a las redes sociales, a manifestarse sobre lo tremendamente injusto de la situación que está viviendo hoy por hoy el mundo del Toro.

Necesitamos líderes que estén dispuestos a enarbolar la bandera de un gran movimiento para poder seguirlos, que nos transmitan la suficiente fuerza, fe y esperanza para poder pensar que la pesadilla de esta injusticia terminará algún día, que en las plazas de toros se van a seguir dando toros, y que La Tauromaquia va a ser, respetada y puesta en el sitio que por su propia historia le corresponde.

No olvidemos que los que quieren acabar con La Fiesta, cada vez que se cierra una plaza o se lleva un toro al matadero, lo viven como un verdadero triunfo, algo que no debiera ser permitido. Ahora más que nunca estamos obligado a unirnos todos los que amamos esta profesión y este arte, y sin duda remar dentro del mismo barco y en el mismo sentido. “Un país sin tradición es un país sin Historia, y un país sin Historia es un país sin identidad, y por tanto está condenado con el tiempo a su desaparición.”

Espero que estas humildes pero sinceras palabras, tengan el eco que merece el fin que pretenden.

Francisco J. Cruz es chofer de toreros e hijo de chofer de toreros.  Desde el año 1986. Durante todos estos años ha tenido el gran privilegio de prestar sus servicios a grandes figuras del toreo como Fernando Cepeda, Paco Ojeda y su apoderado José Luís Marca, Morante de la Puebla y durante los últimos 15 años a las ordenes de Sebastián Castella.